Los Cluster Navales transnacionales o la Industria Naval Argentina
Al analizar dos noticias recientes, tenemos la oportunidad presenciar la gesta de una alianza estratégica donde las oportunidades de negocios da a lugar a acuerdos donde se ven beneficiados los mismos actores de siempre. Resulta que el 13 de Julio se da a conocer la reunión de Alberto Feijoo con José Mujica. Dentro del marco de un cruce de halagos protocolares se vislumbra la oportunidad de estrechar vínculos comerciales en el área naval y energético. Dicha reunión viene a concretarse unos cuarenta días posteriores al encuentro en Navantia de las delegaciones del Cluster Naval Uruguay, el cual fuera propiciado por Aclunaga y El delegado del Ministerio de Economía mexicano en Sinaloa, Radamés Díaz.
La presencia de empresas gallegas en áreas estratégicas como la naval, energía y alimentación no es nuevo ni casual, pero es difícil de entender en que pueda ser provechoso al sector productivo local, más concretamente a nuestros trabajadores. En el terreno laboral Europa pasa por uno de sus peores momentos históricos. La carnada es la “transferencia tecnológica” y el marco de bilateralidad donde se “puedan hacer barcos conjuntamente en astilleros uruguayos o en astilleros gallegos”.
En los comunicados la Xunta alega como argumento sustancial la “experiencia” en el sector. Sera cuestión de sopesar cada cual en sus funciones cual es la relación Costo-Beneficio de este tipo de sociedades mixtas, donde se traspasan las fronteras y se participa indirectamente de intereses tras-nacionales.
Desde ya a Pemex le gustaría hacer acuerdos para participar de la posibilidad de construir barcazas, pero ante este escenario económico donde los gobiernos son tentados con ofertas de países que han fracasado a la hora de dar respuesta a sus propios ciudadanos, con una pobreza y desocupación creciente, en un mundo donde las corporaciones buscan maximizar su rentabilidad y minimizar costos. Costos en los que se incluyen los salarios de sus propios trabajadores que son motor de las economías regionales, no nos parece viable.
Habrá que pensar qué tipo de industria es útil a la Nación, que camino beneficia más a nuestros ciudadanos. Si la importación de tecnología, capitales y desocupación o el propuesto por el ministerio de agricultura a través de su sub-secretario de pesca el Dr. Bustamante ante la XXXII Conferencia Regional de la FAO donde dijo “tenemos la capacidad, tecnología y voluntad para lograr ser los principales productores de alimentos en el mundo, la zona se fortalece día a día y no solo con materias primas, sino también con productos de alto valor agregado en origen”.
Siguiendo este razonamiento también habrá que pensar las políticas pesqueras donde sin dudas estamos en posición de exigir la vigencia de los permisos para acceder a nuestro caladero permisos que por cierto vencen en el 2013 a países “SANEADOS” o Aquellos que nos permitan intervenir como industria naval en la cadena de valor agregado tal cual reza en la ley federal de pesca en su Art 1º y denegárselos a aquellos que pretenden desde un historial de ilegalidad reclamar un derecho para sí como si fuera legal que han sido expulsados de todos los caladeros del mundo y que en décadas no muy lejanas bajo este mismo paraguas nos legaron gran parte del desastre por el que pasa nuestra industria naval.
Que a la hora de hacer acuerdos NO estemos avalando prácticas que van en contra de nuestros intereses o que directamente no encuadran en nuestras propias leyes. No es necesario que la industria dependa de la inversión extranjera, una industria que difícilmente proteja los recursos naturales y mucho menos a los trabajadores.
SAON MAR DEL PLATA
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