martes, 24 de septiembre de 2013

De Astilleros y Sindicatos

La banda tras el Boicot a Astillero Unión

A pocos días de haber transcurrido un día más de la Industria Naval, en Mar del Plata suceden al respecto cosas impensadas, inéditas y otras irreproducibles.

Pocos deben saber que el conflicto que transcurre en puertas de Astillero Unión nada tiene que ver con un reclamo laboral y mucho menos gremial. El inédito activismo de SAONSINRA parece más una campaña proselitista de última hora que el resultado de un trabajo gremial.

Al menos trescientos afiliados saben bien que importante era conformarse en seccional y que la conveniente normalizacion solo vino a alejar los proyectos de las dos agrupaciones que hoy buscan un lugar en la conducción local.

Pocos deben conocer que la aparente preocupación por la situación de Contessi no es más que el intento desesperado por lavar una imagen llena de dudas y maculas; sino ¿que explicación tiene que este problema hace seis meses no era digno de atender y menos sin afiliados?

Pocos entenderán que tan profundo es el grado de hipocresía a no ser que alguna vez haya trabajado en alguna pseudocooperativa regenteada por un fulano que a la vez es Comisión Directiva del sindicato que levanta la bandera de defender al trabajador.

Apenas unos veinte saben lo que significa el asco de estar desprotegidos, explotados y librados a la buena de Dios como para revelarse ante el hegemónico sindicato nacional y conformase en el 2003 como la alternativa para la Actividad Naval de Mar del Plata. Si, pueden decir que el SANAM es un invento de cuatro personajes de Marvel pero es un sindicato con una década de historia que nace como alternativa al SOMETIMIENTO, al negreo e inobservancia de los convenios colectivos.

Muchos menos, solo cuatro conocen lo difícil que es defender los derechos cuando un afiliado es tratado como un número y los números son dibujados creativamente. Agotando toda instancia dentro de una organización que actúa ante una inquietud como pirañas frente a la carne fresca con organismos de control pintados o alquilados.

Hay muchas mentiras en la campana que suena por eso también va a sonar otra campana. Resulta que Astillero Unión a partir de su ingreso al mercado marplatense, allá por el 2012 fue recibido por su competencia comercial de la escollera sur con una generosa rebaja en su tarifario de hasta el 30%. Sin ser una rebaja despreciable, algún armador debería preguntarse cuánto sobreprecio viene pagando en los últimos años? Al final era cierto, el mercado regula precios..

Claro, el astillero en manos de Barillari no era amenaza comercial ya que cuando un astillero es propiedad de un armador con más de 12 buques pesqueros, poco interés puede tener en reparar un buque de un tercero. Sin contar que ello implica mucho trabajo y poca facturación. Los resultados a la vista.

Resulta que el cambio de titularidad de la parcela 28-A hacia Astillero Unión dejó afuera a aquel empresario que tenia preferencia ante una eventual licitación, ese que perdió con Barillari , pero el costo social y financiero lo asumió uno solo, ni el de la preferencia ni el de la rebaja en el tarifario. Lo asumió Aguera y Vinart en una patriada que término más en un mal negocio que en un proyecto productivo.

Pero no fueron todos errores en esa sociedad, ya que ganaron la licitación para la reconvención pesquera de Venezuela. Un suculento contrato que hace al Astillero Unión un buen blanco a ataques desde varios frentes. Sociedades de conveniencia de empresarios competidores, empresarios despechados, funcionarios funcionales y organismos aletargados en la burocracia cómplice. 

No terminaron ahí sus gestiones, Astillero Unión asumió una deuda de varios ceros a favor del CPRMDP y llevaron a cabo un dragado focalizado en la dársena de cabotaje. Sin contar que cincuenta personas conocieron que era cobrar un sueldo todo junto.

Será que puede más el modelo de ahogar que el de competir. Será que salvar una empresa es un pecado imperdonable en el modelo de acaparar a bajo costo con la anuencia de disque-sindicalistas sin norte.

Hay mucho por decirse, y los hechos por sobre las imágenes valen más que mil palabras. Resulta que luego de 45 días del bloqueo sindical y posterior usurpación, luego de los gritos en canal 8 “acá queremos un empresario serio”, luego del caminito administrativo de imposible satisfacción, luego del perjuicio económico, luego de las agresiones y amenazas, luego de impedir que más de treinta personas se ganen su salario dignamente, luego de las herramientas en los baúles de los tercerizadores, vendrá el gran momento.

El momento donde el empresario que estuvo fomentando y sosteniendo económicamente esta locura, descubra su juego. Se presente en el Consorcio Portuario como la opción que no supo ser cuando había que hacerse cargo de cincuenta puestos de trabajo, con sus cargas sociales, mañas, derechos adquiridos y fama poco favorable.

Puedo equivocarme, cabe la posibilidad que nadie se presente como opción al predio 28-A. Cabe la posibilidad que en la golpeada industria naval no sea buena opción invertir de inmediato más de un millón de pesos para recuperar las instalaciones que son en definitiva de la Provincia de Buenos Aires. O que salir pegados a este escándalo no valga la pena hacerse cargo y descubrirse. Igualmente Piedra Libre!

La cuestión será evaluar a base de resultados que puerto tenemos o queremos. Donde mentir, difamar, boicotear, robar, usurpar y agredir es gratis. O tal vez un lugar donde la competencia es fuente de creatividad, el trabajo un motor y el progreso el objetivo de todos.

Nunca es tarde para utopías  pero a cierta altura de la vida hay que saber que mucha gente solo respira para hacer daño y tapar sus macanas. El único remedio es alejarse de ellos y dejar que el tiempo diga el resto de la historia.

Vaya un profundo agradecimiento a toda esa gente que en forma incondicional apoya a Astillero Unión a pesar de estos difíciles momentos.

Cesar Briatore

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