martes, 16 de abril de 2013

Funcionarios o Infuncionales: Adiós a Oportunidad de trabajo

Vale le dio otra vez la espalda a la Argentina

Por Emiliano Galli | LA NACION

Una subsidiaria de la minera brasileña Vale, Hidrovías do Brasil, le solicitó financiamiento al Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para construir una flota de barcazas y remolcadores destinados a transportar anualmente 3,2 millones de toneladas de mineral de hierro, por la hidrovía Paraná-Paraguay, con transbordo en los puertos argentinos de San Nicolás o uruguayo de Nueva Palmira.

El proyecto contemplaba la fabricación de 144 barcazas de doble casco y 2500 toneladas de capacidad, y 8 remolcadores de empuje de 7200 HP, principalmente. El total de inversiones necesarias: US$ 400 millones.

En un momento en que los astilleros de Brasil están copados por pedidos de buques de suministro para abastecer las plataformas petroleras ultramarinas, una demanda de estas características podría representar más que una simple reactivación de la descuidada industria naval nacional. Podría, además, haber sido un puntapié para concretar la "relatada" integración productiva de las cadenas de valor navales argentino-brasileñas. Podría, por último, haber dado mucho trabajo.

Nada de eso sucedió. Todo lo contrario, y del modo más chocante e inesperado.

En primer lugar, porque la empresa brasileña -que en el proceso ya había madurado la decisión (posteriormente confirmada) de abandonar el proyecto de Potasio Río Colorado- nunca cotizó en astilleros argentinos.

En segundo lugar, porque el crédito solicitado al BID, sería destinado a financiar la construcción de remolcadores en Turquía, y barcazas en China.

En tercer lugar, porque el gobierno argentino no hizo demasiado para impedir que una institución multilateral de crédito interamericano subsidiara astilleros turcos y chinos para ampliar la flota de una empresa brasileña, que operaría en puertos regionales y navegaría la mitad de su trayecto en un río argentino.

Sucede que el marco normativo del banco le impone realizar primero una consulta de "no oposición" entre los miembros, antes de remitirla al Directorio para su evaluación.

Eso pasó el 1° de noviembre de 2012, cuando el gerente general del BID, Hans Schulz, envió la "solicitud de no objeción" respecto del préstamo para el Proyecto de Transporte Hidrovías (RG-L1049) al ministro de Economía, Hernán Lorenzino. La misiva aclara: "El convenio constitutivo del BID dispone en su artículo 3, sección 7 (b) que no concederá financiamiento en el territorio de un miembro si este se opone a dicho financiamiento".

PLAZOS
Si luego de 15 días la Argentina no presentaba objeciones, el BID consideraría la falta de respuesta como prueba suficiente de no oposición al financiamiento.

Finalmente, el 5 de este mes, el BID comunicó en su sitio que había decidido concederle US$ 100 millones a Hidrovías do Brasil para que construyera en Turquía y en China.

El BID le remitió la carta el 1° de noviembre a Economía, que registró su ingreso el 8 de ese mes. Ya habían corrido siete de los 15 días impuestos por el BID.

Economía le envió la consulta al subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti, el 19 de noviembre.

El plazo ya se había vencido.

No obstante, Tettamanti puso en autos al sector privado, a través de la Federación de la Industria Naval Argentina (FINA), cuya respuesta se fechó el 29 de noviembre. "La construcción de la flota para efectuar el transporte detallado se ajusta a los estándares de construcción de varios astilleros de nuestro país, que no han recibido solicitudes de cotización", destacaba el comunicado de la FINA.

La FINA le advirtió al subsecretario que el proyecto de crédito no indicaba dónde se construiría la flota detallada. Como una profecía anunciada, y autocumplida, señalaba: "Sería realmente lamentable que con un crédito promocional como el mencionado en el proyecto se subsidie la mano de obra de países extrazona, casi siempre asiáticos, cuando nuestra región se encuentra ávida y a la espera de proyectos similares para fortalecer y afianzar nuestra industria naval".

La FINA le pidió a Tettamanti -del que era de esperar total comprensión, considerando que es propietario de un astillero con capacidad para abastecer una parte más que importante de la flota solicitada- que condicionara la solicitud de no objeción de nuestro país "al compromiso de construcción de la flota en astilleros de la región en proporción equivalente a los derroteros transitados", porque más del 50% del trayecto de la flota navegará el río Paraná.

"Es lamentable. El Gobierno no objetó el crédito", protestaron desde la FINA. El secretario del Sindicato Argentino de Obreros Navales (SAON), Cayo Ayala, señaló que "esto demuestra, una vez más, la falta de apoyo a los astilleros y mano de obra nacional".

Desde la Cámara Santafesina de la Industria Naval, Miguel Álvarez calificó de "escándalo" el otorgamiento de este crédito cuando en la región hay astilleros "que están exportando embarcaciones en condiciones altamente competitivas en precio y calidad".

"Es necesario modificar el Acuerdo de la Hidrovía Paraná-Paraguay firmado por los cinco países de la cuenca, para prohibir la importación de embarcaciones extrazona que están en condiciones de construirse en astilleros locales, moción que la Argentina debería presentar ante el Comité Intergubernamental de la Hidrovía (CIH")", señaló Álvarez.

Como corolario, las vicisitudes indican que Vale le volvió a dar la espalda a la "competitividad" argentina, que la complementariedad interindustrial con Brasil es una entelequia, y que la industria naval no es prioridad del Gobierno (de lo contrario, los tiempos burocráticos se habrían acortado).


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